viernes, 10 de diciembre de 2010

Qué grande el cine... y el Puerto!!!

Por Antonio Gallardo

Hace unos días que nos dejó Luis García Berlanga. Tras el fallecimiento de este gran cineasta español han sido múltiples los artículos y reportajes publicados divulgando su vida y su obra. Recuerdo uno en especial donde se proponía, con acierto a mi entender, que el cine entraría en los colegios e institutos al igual que el resto de las artes.

Si vemos lógico que un estudiante de bachillerato tenga que conocer la obra de Quevedo o Cervantes, tener nociones de que va El perro del hortelano o de El alcalde de Zalamea. No es de recibo por tanto, que no se les de a conocer obras como El verdugo y Bienvenido Mr. Marshall de Berlanga o Los olvidados y Viridiana de Buñuel. A riesgo de que al nombrar a los chavales a Trueba, te pregunte en que equipo juegan, o que confundan a Fernán Gómez con un árbitro al ser conocido por sus dos apellidos.

Precisamente a raíz de recordar una de estas obras de Berlanga, Bienvenido Mr. Marshall, he podido comprobar que a pesar de que han pasado casi 60 años de su estreno, sigue de plena actualidad y el ingenio de su autor nos puede ser todavía de utilidad.

En Bienvenido Mr. Marshall, Villar del Río es un pueblo castellano, humilde, de gentes sencillas de vida monótona, y con sus "fuerzas vivas" típicas de la época (alcalde, cura, boticario...), fiel reflejo de la España del momento. Pero esa decadencia monótona en la que viven sus habitantes, se torna en ilusión cuando es conocida la noticia de la posible llegada al pueblo de una comitiva del Plan Marshall, el plan ideado por EEUU tras la guerra mundial para levantar la economía de la Europa occidental y que le sirviera como clientes y aliados, alejándola así, de la que empezaba a ser su nuevo rival en el nuevo escenario mundial, la URSS.

Así, manipulados por Don Manolo, un oportunista y charlatán representante de artistas, que les hace creer que haciéndose pasar por andaluces tendrían más oportunidades de caer en gracia a sus ricos visitantes americanos, para que su dinero solucione sus problemas, deciden con su alcalde, D. Pablo, a la cabeza, renunciar a lo que son y convertir la visita en una fiesta andaluza donde todos se disfrazan, cambiando incluso la fisonomía del pueblo con decorados de cartón piedra.

¿No os recuerda esta situación a otra mas cercana, aquí y ahora mismo? Cambiemos los nombres de los personajes y del escenario, y lo variamos claro. Llamemos a ese lugar de gentes sencillas y sumido en la miseria UD Puertollano, al mando en vez de D. Paco, tenemos a D. Fernando, igual de afable. Y aquí también tenemos un " D. Manolo", un intermediario llamado D. Kami que nos engatusó con la noticia de la posible llegada de la comitiva, en este caso árabe del Plan Agassi, el plan ideado por un grupo inversor de establecer en nuestra ciudad un hospital deportivo de referencia mundial.

Según el plan, para que a estos inversores les caigamos en gracia, para que nos patrocinen y ser la envidia del fútbol mundial, tendríamos que cambiar de nombre, cambiar el escudo con elementos que no tienen ningún arraigo en ni en nuestra ciudad y con los que no estamos identificados. Además pretende que nos hagamos pasar por lo que no somos, un club multidisciplinar, olvidando que nuestras raíces, nuestra razón de ser como entidad, es el fútbol.

Ahora estamos en un momento en el cual no sabemos aun si la comitiva pasará de largo, como le pasó a Villar del Río. Quizá los inversores paren en nuestra ciudad y pongan en marcha su proyecto hospitalario. Quizá estén interesados en el patrocinio deportivo ya que será la especialidad de su hospital. Igual que nos interesa a nosotros el apoyo de las empresas arraigadas en nuestra comarca. Pero si tienen que fijarse en nosotros que sea por lo que somos. No caricaturicemos a nuestro club para llamar la atención, como estamos haciendo.

Y sobretodo ojo en quien confiamos para hacer negocios, no vayamos a dejar el club en manos del intermediario antes de que los verdaderos inversores hagan su propuesta y sea el verdadero beneficiario. Y por favor no hagamos de la Asamblea, que es el máximo órgano de representación de nuestro club, una verbena.

Como os decía antes, Berlanga más actual que nunca. Y es que siempre habrá "manolos" aprovechados y "americanos" que les sirvan de excusa. Gracias Berlanga por ayudarnos a reconocerlos.

¡Que grande es el cine! Y ¡que grande es "El Puerto"!

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