viernes, 19 de marzo de 2010

EL ATREVIMIENTO Y LA INDOLENCIA

Por Marcos B. Hernández,

En tiempos de bonanza y en épocas de crisis, a Puertollano siempre le ha distinguido la lucha y el carácter, los mismos valores que han definido a su equipo de fútbol, el Calvo Sotelo, una entidad que, después de 62 años, teme por su vida de forma intolerable. La culpa, o buena parte de ella, la acapara el actual presidente de la entidad, Jose Antonio Navarro, el mismo que recuperó la ilusión por el balón y que ahora amenaza con aniquilarla.

Atrás han quedado los tiempos de no hace tanto en los que ir al fútbol volvía a ser una fiesta. Desde hace dos años es una tortura. Inmerso también en la irreal burbuja de riqueza que envolvió a todo el país, el Puerto ha vivido en los últimos años en el mundo de la piruleta con el beneplácito de Navarro. Con la política del despilfarro por bandera, la entidad ha engordado para ir al matadero. Decenas de fichajes, salarios de futbolistas demenciales para la categoría, alegría en los gastos, despidos y renovaciones incomprensibles y caprichosos… Y mientras, total desprecio a la cantera, en la que nunca se ha invertido, por mucho que sea la base del futuro de un club, y más si es humilde. Vivir por encima de las posibilidades acaba teniendo precio.

Con la coartada de haber resucitado el fútbol, José Antonio Navarro ha obrado a su antojo. No ha valorado el apoyo de la masa social ni tampoco la implicación del Ayuntamiento, que se ha identificado con el club desde el primer momento y ha arrimado el hombro de manera decisiva. Poco habría logrado el presidente sin la inestimable ayuda municipal, pero ha malgastado todo, lo material y lo etéreo.

Tamaño atrevimiento. Si únicamente de él hubiera dependido, la esperanza habría desaparecido antes, pues ha demostrado ya sobradamente su escasa capacidad para gestionar un club.

Ahora, con la caja en los huesos y tras agotarse sus eternas y cada vez menos creíbles excusas, propone un concurso de acreedores. O eso parece. Porque el hombre no se explica. Nunca lo hace. Siempre se alía con el oscurantismo y la poca transparencia, cualidades que le venden muy mal, sobre todo cuando el Puerto es de sus socios. Contó el cuento de la lechera con los paneles solares y anunció asamblea, pero le pusieron en su sitio y nada más se supo. Como de su patrocinador, su famoso sponsor que iba a sacar al club del atolladero. Una leyenda urbana. Ha sido tan buena la gestión de Navarro que la Unión Deportiva Puertollano es el único equipo de España sin publicidad en su camiseta…

Pero resulta que, con los jugadores cobrando los años bisiestos y debiendo dinero a medio universo, insinúa, aunque no le guste, que el club puede estar en quiebra ¡Anda! Y lo vende como algo normal, con la sonrisa en la boca, como si el equipo de la ciudad estuviera al borde del abismo todos los días… Habla de la Sociedad Anónima Deportiva como la solución, dándolo por hecho, sin consultar a sus socios y olvidando por enésima vez que el club es suyo.

¿Habrá alguien dispuesto a poner tanto dinero encima de la mesa en plena crisis para crear una SAD y salvar al club? ¿Por qué no se marcha el señor Navarro si está tan cansado? ¿Encabezará la supuesta SAD en caso de crearse y el club estará en sus manos en vez de en las manos de sus socios? ¿Es eso lo que pretende? ¿Es lo que quiere Puertollano después de haber demostrado el señor Navarro que su capacidad y su fiabilidad son nulas? Tantas preguntas y tan pocas respuestas…

Pero toda la culpa no es del señor Navarro, sino de buena parte de los socios del Puerto (no todos), por dejarle hacer, por mostrar una indolencia deshonrosa para el espíritu de la ciudad. No hay que irse muy lejos, la última asamblea queda cerca. En la Casa de Cultura, como siempre, para que no quepa mucha gente y así haya menos posibilidades de que el personal se queje. Presentó el presidente una deuda reconocida de 700.00 euros y se aprobaron las cuentas por mayoría, sin anestesia.
Nadie pidió responsabilidades ni alzó la voz.

Encima, después de sátiras y latiguillos, cuando llegaba la hora de la verdad, Navarro desvió la atención arremetiendo contra la prensa porque siempre le ha dado urticaria. Y la asamblea, en lugar de luchar por el futuro del club, le siguió el juego. Si el Puerto llega a morir, no sólo será culpa de la incompetencia de Navarro, sino también de la indolencia de muchos socios, que, aunque luego presuman de amar a su equipo, no han tenido el valor y la personalidad de pelear por él.
Ojalá todo esto acabe bien. Y si eso pasa, señor Navarro, márchese, y sus colegas también. Ha evidenciado su incapacidad de gestión y su poca seriedad El margen de confianza se ha agotado. Nadie cree en usted ni en sus amigos. El Calvo Sotelo no se merece esto. Puertollano, tampoco.

2 comentarios:

  1. Desde muy pequeño mi padre me aficionó a ir al fútbol; crecí viendo a los hermanos Mejias, a Fenoy, al mismisimo Quini; disfrutaba viendo como los forofos aporreaban el túnel increpando al colegiado, y en más de una ocasión algún susto me llevé. Eran otros tiempos, eran otros aficionados, era otra forma de vivir el fútbol. Afortunadamente me considero a salvo del inminente engaño que va a padecer la masa social de socios. ¿Alguno podría tener dudas de que clase de gestor es Navarro?.... esto es un pueblo y todos nos conocemos. Es una tristeza haber tardado tantos años esperando volver a una división acorde con lo que Puertollano se merece, y que haya tenido que ser de la mano de este personaje..... claro que todavía puede haber un milagro y que algún mecenas ponga su dinero para salvar el agujero económico

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  2. Totalmente de acuerdo con tu comentario Marcos y de paso comentar las palabras que dijo el entrenador Sr. Benigno en la rueda de prensa al termino del partido contra el oviedo, tratando a una parte de la afición,( los que le criticamos su manera de dirigir al equipo y su capacidad de conocimiento de su profesión) de no querer al equipo , de no sentir los colores, de no ser buenas personas, de no ser sanos etc..
    Un tio que lleva un año en Puertollano no puede decir esos insultos a gente que lleva 15 años de socio, que no falla ni un partido, haga frio o calor, con lluvia frio o nieve.
    Alos jugadores no se les puede poner ni un pero a su entrega y trabajo en defensa del equipo y menos sin el tiempo que llevan sin cobrar. El Sr. Benigno se irá de Puertollano ( creo que cuanto antes mejor ) y nosotros nos quedaremos viendo jugar a nuestro Puerto y gozando y sufriendo como toda la vida para que ahora venga un cuenta cuentos diciendo chorradas.

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